
En vísperas de Navidad me lo encontré a Papá Noel, aunque parece que la crisis lo afectó bastante, porque no estaba tan gordo como de costumbre. Aparte debe haber perdido mucha plata, o no le deben haber mandado tantas cartas, porque en vez de entrar por la chimenea, estaba metiendo la cabeza en el horno, con la llave de gas abierta.